Ensayo audiovisual, 9’.
Proyecto encargado por el Centro José Guerrero de Granada enmarcado en el Festival de Arte Contemporáneo FACBA. La pieza fue expuesta junto a la exposición SOLO del fotógrafo Matias Costa.
Producción, guion y montaje: Ilan Serruya.
Fotografía: Luis Lechosa.
Espacio: Casabanchel.
Dada su biografía, la complicada relación del artista con el judaísmo y con el sentimiento de pertenencia se extiende, lógicamente, a las imágenes, y en concreto, a las imágenes que resultan de la orientación espacial y de la delimitación de los territorios, como los mapas o las simulaciones digitales de relieve y extensión. Pero Serruya suma un nuevo giro y un grado cualitativo más para hablar de los lugares sin recurrir a ellos explícitamente, sino a los que fueron construidos para hablar del que nos ocupa. Un fugaz fragmento de vídeo muestra el Muro de las Lamentaciones, lugar sagrado de referencia en el judaísmo, acompañado de imágenes del parque temático Tierra Santa, en Buenos Aires y dedicado a Jerusalén, y del Vergel de los Granados, parte del Jardín de las Tres Culturas de Madrid.
El artista apunta a las tensiones que emanan de la pretensión de conocer un lugar —con los modos en que las necesidades troncales tras los esfuerzos de delimitación quedan reflejadas en la práctica territorial— a través de transitar aquellos construidos en el intento de trasladar los valores del originario a otro punto en el espacio. Más que nunca entendemos estos lugares auxiliares como artefactos, en el sentido que sugiere Gabriel Levy en Judaic Technologies of the World. El parque temático Tierra Santa y el Vergel de los Granados responden a la clase de lugar que se presenta como un pedazo de aquel que realmente no es, sin salir de territorio en el que realmente se está, por cuanto al menos ha sido concebido como bálsamo ante la lejanía. En este caso demuestran la relevancia cultural y política de Israel y de la religión allí predominante, y pueden reconfortar o cumplimentar una labor divulgativa. Que sirvan de extremidades eficientes es otra cuestión. En relación a los baches en el proceso de la territorialización de la identidad, aclara Serruya, desde su experiencia personal: «se produce un desdoblamiento de la identidad en el que somos de un sitio, pero se nos educa para que confiemos en que somos de otro». ¿Qué clase de desdoblamiento ocurre en la subjetividad cuando, además, se desdoblan los enclaves que proporcionan suelo a la identidad territorial? «Creo que las operaciones mentales tienen lugar en y dentro de cuerpos en movimiento en el espacio y el tiempo […] El movimiento del cuerpo es una parte crucial de la cognición» apunta Levy, mientras destaca la importancia del condicionamiento del movimiento corporal para la construcción de la identidad judía. Fenómenos derivados del traslado, como la peregrinación —o, más tarde, el turismo—, deben entran en el análisis de la creación espacial de significado, junto con los destinos y su razón de ser geopolítica. ¿Qué exploración, qué caminos nos incitan a hacer los lugares, y en qué tiempos? ¿Qué papel desempeña el asombro y cuánto margen dejan los ritos a la inspección crítica?
Juan de Viedma para el Centro José Guerrero, Granada, 2021.
Bibliografía:
Levy, G. (2014). Judaic Technologies of the Word: A Cognitive Analysis of Jewish Cultural Formation. New York: Routledge. ISBN: 978-1-908049-84-1.
Avedaño, I. (2010). Un recorrido teórico a la territorialidad desde uno de sus ejes: El sentimiento de pertenencia y las identificaciones territoriales. San Pedro de Montes de Oca: Universidad de Costa Rica. ISSN: 1659-0139.